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Faltan médicos, protocolos y ventilación: graves falencias en la guardia del Hospital Durand
Un informe de la Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires reveló deficiencias críticas en el servicio de guardia del Hospital Carlos G. Durand. Problemas edilicios, escasez de personal y equipos sin mantenimiento configuran un panorama preocupante para uno de los hospitales más importantes del sistema público.
El Hospital General de Agudos Dr. Carlos G. Durand, una de las instituciones de mayor trayectoria y complejidad del sistema de salud pública de la Ciudad de Buenos Aires, fue uno de los cuatro hospitales analizados por la Auditoría General porteña en su informe sobre los servicios de guardia correspondiente al año 2019. Las conclusiones son alarmantes: fallas estructurales, falta de personal médico, condiciones edilicias deterioradas y carencias tecnológicas comprometen gravemente la calidad de atención.

Ubicado sobre la Av. Díaz Vélez, el Hospital Durand no cuenta con ventilación forzada ni filtros HEPA en su área de guardia, una deficiencia crítica aún más preocupante en el contexto pospandémico. Además, se demostró un deterioro evidente en las salas de observación, sin condiciones adecuadas de recambio de aire, limpieza ni privacidad para los pacientes.
La auditoría, publicada en abril de 2022, también reveló que la dotación diaria del personal médico no se ajusta a los estándares mínimos requeridos por el Decreto 938/2003. En la Guardia de Clínica Médica, por ejemplo, solo hay un médico por turno y no hay personal de enfermería estable, una situación que se agrava los fines de semana, cuando los recursos humanos son aún más escasos.
"La guardia está al límite todos los días. A veces tenemos que atender pacientes en los pasillos porque no hay camas ni espacio. Y sin triaje, se nos mezcla un infarto con una gripe", declaró un médico del hospital. "Trabajamos con lo que hay, pero claramente no alcanza. Nos faltan manos, nos faltan recursos, y, sobre todo, nos falta una conducción que escuche a quienes estamos acá adentro todos los días", agregó.
Durante la auditoría, que incluyó entrevistas y recorridas presenciales, se observó la falta de un sistema formal de triaje, lo que impide una adecuada clasificación de los pacientes según la urgencia de cada caso. Esta carencia genera una desorganización que puede poner en riesgo la vida de quienes llegan en estado crítico.
Además, los equipos médicos como ecógrafos y electrocardiógrafos presentan demoras en su reparación, lo que afecta la capacidad diagnóstica. El informe también señala que faltan computadoras en las áreas médicas, lo que limita el registro adecuado de la información clínica.
Muchos de estos problemas ya habían sido advertidos en auditorías anteriores, como la realizada en 2015 sobre recursos humanos en guardias hospitalarias. Sin embargo, la falta de respuesta por parte de las autoridades hizo que estas deficiencias se mantuvieran con el paso del tiempo.
Si bien la auditoría reconoce que durante la pandemia hubo un esfuerzo de reconversión —se aumentaron camas de terapia intensiva y se reforzó el sistema con nombramientos "por ministerio"—, también subraya que las condiciones estructurales y organizativas siguen sin resolverse.
El Hospital Durand, que históricamente ha sido un referente de formación universitaria y atención médica, necesita con urgencia una reestructuración integral. Dotación de personal suficiente, adecuación edilicia y equipamiento moderno son algunas de las claves para garantizar una atención segura y digna en su guardia, que es, como dice el informe, "la puerta de entrada al hospital".